lunes, 6 de mayo de 2013

coca de calabaza con chocolate






Yo no quería estudiar, yo quería salir de casa. Así que elegir una carrera fue lo más fácil del mundo: miré mi nota de selectivo, hice así con el dedo en la lista de licenciaturas y aterricé en la facultad de Derecho más o menos con la misma cara de flipada que Livingston debió de poner la primera vez que vio las cataratas Victoria.

De esa época me quedaron un par de latinajos, unos cuantos amigos, una marca de quemadura de cigarrillo en la rodilla que vaya usted a saber cómo llegó hasta allí y la certeza de que los jueves eran los nuevos viernes, sábados, nochebuena y día de San Patricio, así todo junto y revuelto y venga el cubata. Entonces, razonábamos, si los jueves son los nuevos viernes, los miércoles son los nuevos jueves...y toca salir. Pero si salimos los miércoles como si fuera viernes, entonces los martes vuelven a ser jueves... y así hasta que alguien se daba cuenta de que no quedaba ron en casa. El razonamiento filosófico-deductivo-tontuno moría al llegar al lunes. Los lunes eran los lunes. Los lunes, por mucho que el resto de la semana sufriera un efecto de traslación temporal, eran, son y serán lunes. Día de san nomejodas.

Así que para sobrevivir y no perder la sonrisa una tiene que tirar de trucos. Y el mío es, hoy, una receta dulce que, si os sabéis controlar y la escondéis bien de los niños, os durará toda la semana. Coca maría de calabaza con pepitas de chocolate. Hey ho let's go!

Vamos con los ingredientes:

350 g calabaza asada
250 g azúcar
250 g de harina
3 huevos
2 sobres dobles de soda-litines
70 g de aceite de girasol
2 puñados de escamas de chocolate

Primero nos buscamos una radio, el portátil, el Ipad o un vecino con buena voz para amenizar con música la preparación. Para no morir de sobredosis de azúcar los Ramones nos servirán. O Patti Smith. Pero Laura Pausini no, Laura Pausini ni de coña. Podríamos provocar una epidemia de diabetes y no es lo que queremos.

Si ya tenemos eso, podemos empezar: ponemos el horno a 180º para que coja temperatura y batimos la calabaza asada junto con el azúcar. ¿Hecho? Ok, ahora sin perder la calma, añadimos los huevos y el aceite y volvemos a batir durante dos minutos. ¿Todo bien? ¿Algun problema? Perfecto.

Después mezclamos la harina y los sobres blancos de soda-litines y, tamizando la mezcla para evitar que se formen grumos, la pasamos al bol en el que teníamos la pasta de calabaza. En este momento, y si no hemos confundido la harina con cemento, sentiremos el calorcillo de satisfacción del deber cumplido. Lo disfrutaremos durante unos segundos y volveremos humildemente al proceso.
Cuando lo tengamos ya todo en el mismo bol, removeremos con una cuchara hasta formar una pasta homogénea y añadiremos los sobres azules de soda-litines y las escamas de chocolate.
Luego se traslada la mezcla a una bandeja en la que habremos colocado una lámina de papel de horno y...¡al horno!

En solo 30 minutos, mágicamente, la pasta cogerá cuerpo, crecerá, se hinchará, se elevará suave y grácilmente a las alturas y se convertirá en una gloriosa coca maría de calabaza y chocolate.

Ah, y un truco final: no abras el horno durante el proceso para ver cómo va o la masa se vendrá abajo.

Nota: es probable que la ingesta de este postre provoque sonrisas y ronroneos injustificados en el paciente. No maneje maquinaria pesada mientras la come. De hecho ¿para qué quiere manejar maquinaria pesada?

¡Que os guste mucho!







4 comentarios:

  1. Bienvenida al mundo blogger :) Nos alegramos de conocerte y de que nos encontraras. Saludos 'especiados'

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  2. Ey, muchas gracias por la bienvenida! Así da gusto empezar.

    Besos

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  3. Tengo que probar esa mezcla de sabores! Qué buena! Bienvenida por este mundillo!
    Ana de JUEGO DE SABORES

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  4. Hola Ana!

    Muchas gracias por tu comentario y por la bienvenida. Besos.

    Tastaolletes

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