Lo malo de mi curro es que muchos días
no puedo ir a comer a casa. Y de menú pues mira, me temo que no: 10
euros cada día por calamares que ya fumaban cuando Massiel ganó
eurovisión, un pan que parece la espada de Jon Nieve, y una ensalada
que te mira a los ojos así como con pena, penita, pena, lo siento
pero ni de coña. De hecho cuando veo algo así siempre hecho de
menos un par de capitulitos más en el código penal y unos
doscientos cincuenta antidisturbios gastronómicos entrando al asalto
y llevándose por delante los platos.
Así que yo me preparo mi propia comida
y tiro millas. Normalmente opto por cosas fáciles y ligeras, pero el
otro día planificando la ruta me di cuenta que el mediodía me iba a
pillar en Dénia. ¿Dénia? Ah, entonces comida marinera. Imaginaos
que me hago un bocata-salami y coincido con Manuel Vicent en la
playa. Qué poco glamour ¿no? Con lo interesante que debe ser ese
hombre y con lo mucho que le gusta el mar tenía que preparar algo
que estuviese a la altura y me acordé de este plato: arroz con
boquerones y espinacas. Un superclásico de la Marina Alta.
Bueno, para empezar un apunte
culturilla. El nombre del boquerón en valenciano (aladroc) es de
origen árabe y significa El Azul. Deriva de Al-Azraq que, mira tú
por donde, fue un rey moro que en el siglo XIII se levantó contra
Jaume I y acabó palmando en el asedio a Alcoy. Bueno, pues eso, que
el nombre tiene historia.
Vamos con los ingredientes:
250 g arroz bomba
500 g espinacas
400 aladroc
1 ½ litros de caldo de pescado
1 ñora
1 tomate
4 dientes de ajo
aceite oliva
sal
Para empezar se limpian los
boquerones/aladrocs/pescaítos quitándoles la tripa, cabeza y
espinas. Se lavan, se salan y se dejan a parte. Si hemos superado
esta fase estamos listos para protagonizar un capítulo de Dexter.
En un mortero machacamos los dientes de
ajo y la ñora. Sofreímos las espinacas, el tomate y el picadillo en
un caldero (yo soy fan de los de hierro de toda la vida del señor),
salamos el conjunto y añadimos azafrán y arroz.
Ahora echamos el caldo. ¡Ojo! En vez
de comprar caldo hecho lo mejor es hacerse con un poco de morralla en
el mercado y currárnoslo nosotros mismos. La diferencia es brutal.
Añadidle unos jureles, unos serranos, unas galeras... y vais a
llorar más que viendo El Paciente Inglés.
Agregado el caldo se deja cocer 8
minutos a fuego cañero y 7 a fuego lento.
¿Tenemos casi a punto el arroz? Ah,
ok, entonces añadimos los aladrocs/boquerones/pescaítos y
mantenemos la cocción unos minutos. A ojo. A lo que os pida el
pescado.
Lo bueno de usar arroz bomba es que es
difícil que os reviente el grano y se acabe pasando.
Y ya está. Que os quede más meloso
que caldoso. O más Luis Miguel que John Secada, para entendernos.
Os tengo que contar que me lo zampé
sentada en la furgo en la playa de les Rotes. Que no vi a Manuel
Vicent. Pero que fui feliz como una perdiz. Luego recliné el asiento
y me regalé una siesta épica mientras los albatros hacían carreras
a ras de agua y los guiris eran felices en el bar Helios chupando
birras. El mundo estaba bien por un momento.
¡Que os guste mucho!
Qué foto tan bonita! En nuestro blog te hemos dejado un premio Liebster Award porque nos encanta el tuyo http://www.danzadefogones.com/2013/05/mas-premios.html
ResponderEliminarUn beso!
Ei, muchas gracias!
ResponderEliminarDe verdad que me hace un montón de ilusión. Besos y voy ahora mismo a seguir esa cadena de blogs.
Tastaolletes.
Ei, muchas gracias!
ResponderEliminarDe verdad que me hace un montón de ilusión. Besos y voy ahora mismo a seguir esa cadena de blogs.
Tastaolletes.